La
noche de antes nos habíamos quedado a dormir en el campo. No se duerme para
nada bien, hace frío, humedad y el terreno es completamente desigual. Luca y yo
dormimos en el Hammam con un edredón que nos habíamos traído de la casa donde
nos alojábamos, unas tres mantas del Hammam y con toda la ropa puesta
(chaquetas incluidas). Aún así pasamos frío. Usamos unas toallas a modo de
colchón (al igual que la mayoría de las familias no teníamos colchoneta), pero
aún así no había manera de hacer ese suelo medianamente confortable. Hay
familias que llevan durmiendo así MESES, niños y ancianos incluidos.
Amanece con niebla. |
Empezando el fuego para calentarse y preparar el desayuno. |
Nos despertamos a eso de las siete. La noche de antes había corrido el rumor de que a las nueve los refugiados se iban a reunir junto a la frontera para intentar cruzar, así que decidimos ir a ver de qué iba antes de abrir el Hammam.
En
la zona de las vías había un montón de gente reunida. En la parte de delante
había hombres mayoritariamente y detrás familias, mujeres y niños, con todo a
cuestas. Durante un rato estuvieron de reunión en la parte de delante, pero la
cosa estaba muy tranquila. Nosotros nos quedamos ahí, estuvimos con mi amiguita
Uzur, con otros voluntarios, otras familias… y a las once nos fuimos para abrir
el Hammam.
Jugando con mi amiguita Uzur. |
Observando el movimiento. |
|
Esperando para cruzar. |
Si quieres cruzar la frontera no puedes dejar a nadie atrás, eso incluye al osito. |
El
Hammam no llegó a abrir ese día.
Apenas
diez minutos después de llegar nosotros escuchamos “puuuum!”. En unos segundos vimos
a una madre con sus dos hijos a cuestas venir corriendo hacia el Hammam, llorando,
muy nerviosa. Todo el mundo le dice que se quede tranquila con nosotros. Otras
madres, asiduas del Hammam, empiezan a venir también.
No
recuerdo cómo nos empezó a llegar información de que el ejército macedonia
estaba gaseando a todos los que estaban cerca de la frontera y de que había
gente bastante afectada por el gas. Luca y yo nos pusimos una mascarilla,
cogimos aguas y fuimos para allá.
La
mayoría de la gente estaba concentrada en la zona de las vías aún, un poco
antes del campo que toca la frontera. En ese campo es donde estaban tirando el
gas, había menos gente pero aún así… era mucha gente. La mayoría eran hombres,
pero también había mujeres, niños y gente mayor. Otros voluntarios nos dieron
zumo de limón y lo estuvimos repartiendo junto con el agua. No recuerdo la
cantidad exacta de proyectiles de gas que estaban tirando, pero aproximadamente
diría que tiraban uno cada veinte segundos: era cargar, disparar, volver a
cargar y así. Los refugiados que estaban en primera línea actuaban muy rápido,
en cuanto caía un proyectil se apresuraban a taparlo con una manta. Pese a eso
no llegaban a taparlos todos y muchos de ellos no podían evitar respirar el gas
muy de cerca. Hubo que sacar a mucha gente en brazos y corriendo de ahí, tanto
por intoxicarse con el gas como por haberle caído uno de los proyectiles en la
cabeza.
Cuando
se nos acabó el agua volvimos al Hammam a por más. De camino pasamos por la
zona en la que estaban mi amiguita Uzur y su familia, quería ver si estaban bien.
Les puse limón en el pañuelo que usaban para taparse la boca y la nariz para
paliar un poco los efectos del gas, ya que se empezaba a notar en el ambiente.
Hice eso con ella, su madre y su hermanita, de no más de dos años. Surrealista.
En
el Hammam llenamos cada uno una bolsa de basura de botellas de agua y nos
fuimos otra vez para la frontera. De camino nos encontramos con uno de nuestros
compañeros, estaban trayendo entre varias personas a la carpa médica a una
chica que se había puesto DE PARTO. Me gustaría haberles acompañado, pero tenía
claro hacia donde teníamos que ir para hacer algo útil, al fin y al cabo no
somos sanitarios y en la carpa médica ya había gente para atenderla.
Cuando
llegamos otra vez a la zona de la frontera la situación era peor que antes, el
ambiente estaba cada vez más cargado y más gente salía intoxicada o con la
cabeza abierta por un proyectil. Nosotros seguimos repartiendo aguas y zumo de
limón. El ejército de Macedonia empezó también con las balas de aturdimiento y
las pelotas de goma… los refugiados respondieron tirando piedras al otro lado
de la valla.
Estuvimos
un rato así hasta que me vino una ráfaga de gas. Me entró un ataque de tos,
respirar se me hacía cada vez más difícil y la visión se me estaba nublando…
así que tuvimos que salir. He de destacar que en esos momentos muchísimas de
las personas que estaban ahí con nosotros me intentaron ayudar, me pararon por
lo menos veinte personas preguntando “you ok?”y un señor me puso una cebolla en
la nariz para que la oliera (no tenía idea de ese remedio hasta la fecha).
Foto: Patri Vidal |
Foto: Patri Vidal. |
Foto: Patri Vidal. |
Ejército macedonio "invadiendo" Grecia. Foto: Patri Vidal. |
Parte del arsenal que tiraron, |
Atendiendo a un chico afectado por el gas. |
Volvimos
al Hammam. Me había ido recuperando un poco por el camino, pero aún así me
sentía como enferma, mareada, desorientada, muy cansada. Luca me “obligó” a
sentarme en la puerta del Hammam, para que me recuperara y eso, mientras él iba
a montar un partido de fútbol con unos niños de los que rondaban por el Hammam,
había que distraerles todo lo posible del horror. Evidentemente, en cuanto se fue
me puse a hacer cosas. Busqué los cuadernos, los rotuladores y las pegatinas que
habíamos comprado el día anterior y empecé a organizar a los niños para que pintaran.
Improvisé unas especie de alfombras con bolsas de basura grandes para que se
pudieran sentar en el suelo a dibujar sin ensuciarse.
No me dieron tiempo ni de poner la bolsa en el suelo, vieron un cuaderno y unos rotuladores y directos a dibujar. |
Aquí se ve mi "alfombra improvisada". |
Estuvimos
un rato así hasta que llegó un flujo importante de gente herida y afectada por
el gas a la carpa médica, tuvimos que apartar a los niños para despejar la
entrada. No sabría decir la cantidad de gente que llegó…era simplemente
demasiada. Un padre llegó con su hija de 5-6 años en brazos, la niña estaba
inconsciente y con lo que a simple vista parecía espuma que le salía por la
boca. De mientras yo estaba con los niños, aguantando el tipo como podía. Y oh,
me olvidaba, la chica que se puso de parto estaba dentro del Hammam atendida
por sanitarias, esperando a que se la llevaran al hospital.
Atendiendo a una de las muchas personas heridas que llegaron a la carpa médica. |
Después
de un rato así la cosa se calmó un poco, tal vez el ejército macedonio hizo una
pausa tardía para comer. Durante ese rato estuvimos más tranquilos, con nuestros
amiguitos y otros voluntarios intentando recomponernos un poco.
Muero de amor. |
Muero de amor, el regreso. |
<3 |
Cuando
la pausa se acabó volvieron los gases, cada vez más cerca de las tiendas.
Durante un rato pensé que llegarían a gasear el Hammam, y eso que está en una
de las zonas más alejadas de la frontera. Más y más gente se desplazaba con
todo a cuestas para alejarse lo máximo posible de la frontera y los gases.
Nos
fuimos de Idomeni caída la tarde, al día siguiente teníamos que ir a
Thessaloniki a coger el avión de vuelta. No quería ni pensar en que el día
siguiente ya no íbamos a estar en el Hammam.
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